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Inmunodeficiencia felina: cómo afrontarla

11 febrero 2022
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Los animales y los humanos sufren en muchos casos enfermedades parecidas. Por ejemplo, pueden coger un resfriado, pero también experimentar cuadros clínicos más complejos, como la inmunodeficiencia felina. Conocida popularmente como el sida de los gatos, se trata de un virus que afecta a sus defensas y los vuelven más vulnerables a las infecciones. Tiene una sintomatología variada, pero unos buenos cuidados la harán sin duda más llevadera. ¡Toma nota!

 

Causas y síntomas de la inmunodeficiencia felina

La inmunodeficiencia felina se produce cuando una copia del ARN de este virus se integra en el ADN del animal, infectándolo y provocando un daño en su respuesta inmune. A nivel orgánico, la enfermedad merma la cantidad de glóbulos blancos que luchan contra los patógenos, así como la eficacia de las células killer, encargadas de eliminar posibles tumores.

El sistema defensivo se trastorna y se produce una concentración de anticuerpos tan bajo en sangre que el gato se vuelve especialmente vulnerable a nuevas infecciones. Como siempre, lo mejor es prevenir para ahorrarse los disgustos. ¡Así que apunta bien las causas!

¿Cómo se contagia esta enfermedad?

Hay varias formas de que un gato contraiga la inmunodeficiencia felina. La más común es a través del contacto con un animal infectado, normalmente porque este le muerda, le lama o mantenga relaciones sexuales con él. 

Pero el virus puede adquirirse incluso antes, en la infancia o en la propia gestación. Si la madre está enferma, es posible que les transmita el sida a sus cachorros, ya sea por vía placentaria o en el periodo de lactancia mediante la leche.

Las transfusiones de sangre también son un asunto a tener en cuenta. El traspaso de plasma de un gato afectado de sida convertirá al destinatario en portador.  

Efectos de la inmunodeficiencia felina

Los síntomas de la inmunodeficiencia felina son distintos en función del caso. De hecho, hay periodos en los que ni siquiera se aprecia sintomatología, pero suele pasarse por varias etapas.

La fiebre, la anemia, los trastornos estomacales o de piel, la conjuntivitis y la pérdida de peso son las primeras fases en el progreso de la enfermedad. El virus hace que el sistema defensivo sea endeble, así que, si tu compañero se contagia, debes tener en cuenta que estará mucho más expuesto a la acción de los patógenos. 

Lo más común es que sufra distintas infecciones y problemas bucales como la gingivitis. Su médula ósea puede refrenar su actividad, y es posible que se le formen tumores. En una fase avanzada, a veces surgen problemas neurológicos.

 

¿Puede curarse el sida de los gatos?

Lamentablemente, no. El sida felino todavía no tiene cura, aunque tu veterinario de confianza podrá proponerte un tratamiento que ayude a lidiar con el virus. 

A pesar de los síntomas que hemos citado no son agradables, no debes dejarte llevar por el pánico. Muchos de los que se contagian llevan una vida normal, y pueden llegar a la vejez con tan solo un poco de cuidado extra en su día a día. 

Claro que lo mejor es siempre que estén sanos y, para eso, hay que tener un ojo vigilante. En primer lugar, ten cuidado a la hora de dejar a tu compañero libre en exteriores, especialmente si hay otros gatos. 

La inmunodeficiencia felina no tiene cura, pero sus síntomas pueden paliarse con un estilo de vida adecuado

Se estima que el porcentaje de felinos que son positivos sin que lo parezca oscila entre el 1% y el 5%, y la probabilidad sube entre los callejeros, porque es menos habitual que estén vacunados. Tú sí que debes inmunizar a tu gato con las vacunas que corresponden, entre ellas, la de la inmunodeficiencia felina (y sus consiguientes refuerzos). 

La esterilización también disminuirá el peligro de que tu animal entre en contacto con portadores, ya sea por peleas causadas por las hormonas como por razones asociadas a la reproducción. Si tu gato está infectado y convive con otros, debes separarlo y no compartir sus instrumentos de higiene y alimentación con el resto de la colonia.

 

Inmunodeficiencia felina: cuidados que debes tener en cuenta

La inmunodeficiencia felina puede ser silenciosa, así que lo primero que debes hacer, ante la menor sospecha de infección, es una prueba para confirmarla. Si tu gato da positivo, entonces es el momento de reunir todo el arsenal para darle la mejor calidad de vida posible y anticiparte a los futuros problemas que pueda tener.

Te recomendamos que revises detalladamente su cartilla de vacunas, ya que necesitará toda la protección que puedas darle ante otras bacterias y virus. Evidentemente, debes acudir al veterinario y seguir sus recomendaciones, así como limitar cualquier fuente de ansiedad para tu compañero.

Tanto por respeto a él como a otros gatos, su radio de acción tiene que quedarse en el interior de casa. La inmunodeficiencia felina no es peligrosa para las personas (no nos contagiamos) pero sí para otros miembros de su especie, que no deben entrar en contacto con el minino. 

Por último, te aconsejamos que lo castres, lo desparasites regularmente y evites que ingiera carne sin cocinar. Pon mucha atención a las variaciones en su conducta o su salud, y acude a los especialistas en cuanto las detectes para un tratamiento temprano.

 

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Nota: El artículo no es clínico y los contenidos pueden no corresponder con una situación de salud veterinaria específica al no ser redactados por especialistas. Recomendamos acudir al médico veterinario para el tratamiento o consejo de cualquier problema de salud de tu mascota.

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