La historia del gorila Copito de Nieve

Era octubre en África cuando se oyeron los disparos. Fueron varios en ráfaga, como sucede normalmente al apretar el gatillo con cierta ira. En aquel entonces, para Benito Manié no era para menos. El agricultor, con las manos callosas de arrancarle los frutos al suelo rojizo de Guinea Ecuatorial, llevaba días rumiando el mismo problema: los gorilas. Sabía que se comían sus cultivos de café y plátano, y su solución fue cargar la escopeta. El gesto, que debía marcar el final de la historia, fue solo el principio. Entre los árboles cayó una hembra, una madre. Junto a su pecho, se encontró al gorila Copito de Nieve. 

Los hechos ocurrieron en 1966, pero siguen siendo vox pópuli en todo el planeta. Y no sin motivo. Este primate fue todo un descubrimiento, el único completamente blanco que se conoce hasta la fecha. Durante su vida en el zoológico de Barcelona, contó con el cariño del público y con los cuidados veterinarios específicos para crecer fuerte y lidiar con su albinismo. En 2003 falleció, pero la muerte llegaba tarde. El gorila Copito de Nieve no podía borrarse. Conoce aquí su historia.

De la tragedia a la fama: la historia del gorila Copito de Nieve

Tenía varias cosas especiales. La más evidente era el color blanco, que le cubría como un manto de escarcha. La segunda eran los ojos, de un azul hielo. Pero el tercero suponía, quizá, el rasgo más cautivador de todos. El gorila Copito de Nieve no te miraba de frente. Lo hacía de lado, con cierta fanfarronería, como si supiera por qué se formaba a su alrededor tanto alboroto.

Cuando lo encontraron en la selva de Nikó, sin embargo, solo estaba asustado. Los primeros días sin su madre los pasó en la casa de Manié, que supo apreciar la rareza de su albinismo. Contactó con el centro de Ikunde y lo puso en manos de Jordi Sabater, que no tardó en compartir su emoción con el director del centro Regional del Delta, Arthur Riopelle. Se decidió que el gorila Copito de Nieve cruzaría el charco. Así fue cómo llegó a Barcelona.

Como muchos al llegar a una ciudad desconocida, pasó sus primeras semanas en un piso, el del veterinario Roman Luera i Carbó. Pero el que estaba destinado a ser su hogar durante más de tres décadas era el zoo de la capital catalana. Allí se convirtió en una estrella, protagonista de camisetas y coleccionista de aplausos. Una portada en National Geographic popularizó su nombre en 1967, y pasó a ser conocido como el gorila Copito de Nieve. Único e irrepetible. Igual que un cristal de hielo.

Gorila albino: ¿Por qué era blanco Copito de Nieve?

La razón del albinismo del gorila Copito de Nieve fue un misterio hasta hace pocos años. El Instituto de Biología Evolutiva, el Centro Superior de Investigaciones Científicas en España y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona desentrañaron finalmente el motivo a partir de un análisis de su genética, que desveló que el característico color blanco se debía a la endogamia.

Es una rareza que esta se dé en estado salvaje, pero el ADN lo mostraba claro. El gorila Copito de Nieve era el fruto de un encuentro entre tío y sobrino, dos individuos portadores del gen SLC45A2, responsable del albinismo en varias especies animales.

Casi buscando ser la gema entre las gemas, el tipo de mutación que padecía era especialmente insólito. Su albinismo era el tipo 4, y le hacía ser fotosensible y tener problemas de vista. Si miraba de lado era porque esa era la orientación con la que disfrutaba de una mejor visión. Le costaba fijar los ojos en un solo punto, y solía protegerse de la luz solar con las manos.

La despedida de un mito

Lo especial suele acabar truncándose. Es lo que le ocurrió al gorila Copito de Nieve, un ejemplo de que, si la naturaleza no hace normalmente excepciones, es por algo. 

En la madrugada del 24 de noviembre de 2003, los especialistas decidieron poner fin a su dolor practicándole la eutanasia. El cáncer de piel provocado por su condición albina se había descubierto un poco antes, tras detectarle un enrojecimiento y una herida que acabaría clasificándose como carcinoma.

En el momento de la intervención, el primate ya había perdido más de 10 kilos y se había distanciado del resto de gorilas. Falleció a los 40 años, y su esqueleto y piel se conservaron a disposición de la ciencia.

El gorila Copito de Nieve: hijos y nietos

El gorila Copito de Nieve no dejó tras de sí únicamente una buena historia. Su legado lo componen la friolera de 21 hijos, que tuvo con tres parejas. 

La mayoría, nueve, los engendró con Bimvili. Siete fueron con Ndengue, y cinco con una hembra conocida como Yuma.

Ninguno de sus descendientes ha resultado ser albino, pero su carga genética sigue viva a través de sus sucesores. La cadena continuó a través de los nietos, que le estrenaron como abuelo en 1999, y siguió en 2009 con N’akouh y en 2011 con Kambiri, hasta llegar en 2012 la primera bisnieta nacida en el Zoo de Barcelona.

Decía Shakespeare que, para vivir para siempre, lo único que había que hacer era tener hijos. El gorila Copito de Nieve no lo necesitaba, pero dejó en su lugar multitud de nuevas vidas.

Curso de Cuidador de Zoológico

A lo largo de su existencia en la ciudad condal, Copito de Nieve estuvo acompañado por multitud de cuidadores encargados de alimentarle y atender sus necesidades. Para garantizar que se encontraba en las mejores condiciones posibles, estos profesionales tuvieron que hacer uso de sus conocimientos sobre veterinaria, que tú también puedes adquirir para trabajar en parques y reservas.

Con el curso de Cuidador de Animales de Zoológico y Auxiliar Veterinario de Nubika aprenderás a manejar todo tipo de especies silvestres, ejecutando su higiene, dieta y actividades. La matrícula incluirá tu incorporación a nuestro Observatorio de Empleo, con el que te avisaremos de todas las ofertas interesantes que encajen con tu perfil. ¡Encuentra a la velocidad de un jaguar tu próximo trabajo!