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Lorena Terrón: “Castigar a un perro o a un gato, no es educarlo”

20 septiembre 2021

El próximo 30 de septiembre, Nubika ha organizado una charla con Lorena Terrón sobre la importancia de ‘Por qué educar en positivo’ a nuestros perros o gatos. ¿El objetivo? Mejorar la convivencia y la comunicación con nuestros animales y prevenir problemas de conducta.

Entrevista a la educadora Lorena Terrón

La educadora de la escuela Meu Can, experta en este método, profundizará en las claves para evitar conflictos y enseñar a perros y gatos a tomar sus propias decisiones.

¿Por qué es recomendable educar en positivo?

El aprendizaje debe estar siempre basado en el bienestar del animal, no sólo a nivel psicológico sino también emocional. Partimos de que perros y gatos son seres inteligentes, por tanto están capacitados para tomar decisiones por sí mismos como individuos. Hasta ahora la forma de trabajar con estos animales no tenía en cuenta su inteligencia ni su estado emocional, por lo que todo estaba centrado en castigar comportamientos que nosotros no considerábamos correctos. Pero este sistema de educación fomenta el miedo y deriva en problemas de conducta que, incluso, pueden llevar a la agresividad. El método de aprendizaje que apliquemos tendrá una gran influencia sobre la tolerancia a la frustración o la agresividad que puedan manifestar los animales.

Es necesario cambiar el concepto de que el perro es un objeto, los propietarios/as no pueden considerar que tiene que hacer sí o sí lo que digamos. Los animales tienen su propia personalidad y eso es lo que les hace especiales. Perros y gatos son seres únicos, que sienten y padecen.

¿Cuáles son los beneficios de educar en positivo?

Si ponemos en práctica este método, los animales serán mucho más sociables, tendrán una mejor gestión emocional y, en definitiva, serán mucho más sanos, tanto física como psicológicamente. Con este método conseguiremos tener una mejor relación con nuestros animales y reforzaremos el vínculo afectivo.

En mi opinión, ya es hora de interiorizar que castigar no es educar y nunca lo ha sido. El perro y el gato forman parte de nuestras familias y además son seres importantes en el núcleo familiar por todos los beneficios que nos aportan. Por ejemplo, está demostrado que los niños y niñas que crecen con perros o gatos a la larga son personas más empáticas, más sensibles y con mayor gestión emocional. Hoy, cuando tenemos tantos conocimientos sobre la inteligencia y el comportamiento de nuestros animales, cuando tantos estudios demuestran que el perro y el gato pueden tomar sus propias decisiones si les enseñamos, no tendría sentido exigir por obligación que tengan que hacer esto o aquello.

«Los animales tienen su propia personalidad y eso es lo que les hace especiales»

¿Cuáles son los argumentos de las personas detractoras de educar en positivo?

La gente que es reacia a este tipo de sistema educativo considera que educar en positivo es dejar a los perros o gatos que hagan lo que les dé la gana, pero es justo todo lo contrario. A través de la educación en positivo le enseñamos a nuestra mascota qué puede hacer y explicarle que todo lo que haga tendrá unas consecuencias positivas o negativas para él.  Lo que nunca habrá en este método es un castigo, ni físico ni verbal. El método promueve el refuerzo de las conductas positivas, siempre partiendo de tener muy claro cuáles son los comportamientos que realmente son negativos porque, en muchos casos, son naturales y, desde la perspectiva del animal no es malo.

El objetivo debe ser, siempre, ser mejores guías para nuestros perros y gatos, por lo que no podemos estigmatizarlo y culparlo sino que debemos trabajar en que nuestra relación sea mejor porque he sido yo quien ha decidido tener el perro y que viva conmigo. Es nuestra responsabilidad y nosotros los hemos hecho tan dependientes, lo que, sin duda, daría lugar a otro debate.

¿Cómo ha evolucionado la perspectiva ciudadana respecto a su relación con los animales?

En los últimos años hemos evolucionado mucho a favor de la educación en positivo, pero queda mucho camino por recorrer. En España vamos poco a poco y en los últimos años a nivel legislación se ha avanzado mucho. Si bien tenemos ejemplos de países mucho más concienciados con el bienestar animal, como pueden ser Francia, Alemania, Inglaterra, EEUU o Italia.

Volviendo a España, cada vez más educadores/as apuestan por la educación en positivo y, en general, hay más conciencia de protección y respeto al animal y al medio ambiente.

¿Un ejemplo de educar en positivo?

Un conflicto muy común es el que surge cuando soltamos a nuestro perro y no nos hace caso. Ante esta situación, en un principio recomendamos no soltarlo y llevarlo con una correa larga –de entre cinco y diez metros-, al menos hasta que tengamos trabajada una base con nuestra mascota. Así que, lo primero es tener control de la conducta, trabajar con estímulos internos y externos hasta controlar la situación.

Realmente, cuando decidimos no soltarlo estamos eliminando un refuerzo positivo para el perro, pero en realidad no tiene efectos secundarios en su estado emocional porque no le grito ni tampoco provoco una situación de ansiedad. La gestión debe hacerse a través de una estructura técnica y un trabajo bien hecho con base en refuerzos positivos que aumenten su motivación. Además, el reforzador tiene que tener más valor que el estímulo que le llama la atención.

¿Cuáles son los refuerzos positivos más comunes?

Hay diferentes tipos de reforzadores, como pueden ser la comida, las caricias y el juego. Emplear uno u otro dependerá del animal, ya que a algunos el juego no les interesa mientras que para otros la comida es algo circunstancial. Yo, por ejemplo, siempre combino las caricias con cualquier tipo de reforzador porque me parece muy importante. A mayores, tenemos el reforzador social que implica que hace las cosas por el vínculo que tiene contigo.

Lo que es evidente es que a mayor esfuerzo, mayor refuerzo. Para obtener los mejores resultados, tenemos que elegir el reforzador más adecuado para nuestro compañero animal.

¿Cuál es el método que aplicáis en las clases?

Lo primero que yo descarto habitualmente es el aprendizaje de régimen interno, ya que considero que lo ideal es que el propietario aprenda a educar a su animal porque en el caso contrario no sería efectivo. En nuestro centro tenemos clases, tanto en grupo como individuales, en las que educamos al propietario/a para que aprenda a manejar a su perro y, sobre todo, a entender lo que dice su perro. Nuestro lema en la escuela es “aprender, divirtiéndonos” porque a mayor educación por ambas partes, mejor relación y mayor bienestar.

«Para obtener los mejores resultados tenemos que elegir el reforzador más adecuado»

¿Cuáles son los motivos más habituales por los que una persona demanda tus servicios?

Hace más de 15 años que trabajo como educadora canina y como experta en modificación de consulta y lo cierto es que ha cambiado mucho la perspectiva porque al principio sólo venía gente cuando el perro tenía un problema de conducta y la situación ya era insostenible. Sin embargo, en los últimos años he descubierto que ahora existe una mentalidad más preventiva y cada vez tengo más cachorros en clase, incluso hay mucha gente que me consulta antes de adquirir o adoptar para asesorarse y elegir un perro que realmente se adapte a su forma de vida. Esto demuestra que cada vez somos más conscientes de que tener un perro es una decisión que debemos tomar de forma equilibrada y responsable.

¿Qué consejos daría a los propietarios/as para mejorar la comunicación con sus perros y gatos?

Aunque darles cariño a nuestros animales es muy positivo, la mayor parte de la gente le da demasiados mimos y chuches y, sin embargo, no pasa tiempo de calidad con ellos. Por ejemplo, lo recomendable es hacer un deporte con ellos, tirarse en el suelo para darle un masaje o simplemente dar un paseo los dos… Los perros y los gatos necesitan sentirse funcionales. Pasar tiempo de calidad con ellos es fundamental para comunicarnos mejor y entender que forman parte de nuestra familia y que tenemos que quererlos y tratarlos con respecto.

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